viernes, 24 de junio de 2011

Me niego a extrañarte, a quererte, a desearte. No quiero tenerte, ni usarte, ni dejarte. Detesto la espera, la esperanza, el sentimiento. Aborrezco tus mentiras, la incertidumbre, la distancia. No necesito tu lástima, tu compasión, ni tu ayuda. Odio tu egoísmo, tu soberbia, tu ironía. No te daría mi vida, ni mi tiempo, ni mi alma. Me enferman tus silencios, tus pretextos, tus excusas. Me canse de seguirte, de esperarte, de entregarme. Mataría tu crueldad, tu injusticia, mis miedos. No aguanto tu inmadurez, tu envidia, tus celos. Perdí mi paciencia, mis sueños, tu recuerdo. Te aprovechaste de mí, de mi libertad, y de mi ingenuidad. Desprecio tu insolencia, tus atrevimientos, tus promesas inútiles. Me molestan tus olvidos, tus descuidos, tus manías. No tolero tus enojos, tu inconciencia, tu torpeza. Pero muero por tus besos, tus abrazos, tu presencia. Soy débil.

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