Tal vez Dios lo quiso así, alejarte de mi, dejar de sentir lo que hacía un tiempo atrás era lo mejor. Quizá las cosas así están mejor que antes… o quizá no. No me siento con el poder de poder decidir qué cosas son las mejores para mi, me cuesta tanto. Fue, tal vez, que por eso terminamos nuestra relación. Porque no sabíamos qué era lo mejor para los dos. No sabíamos terminar… o no queríamos. Fue tal vez que me costaba decirte en la cara “No te quiero más” de una vez, porque, de alguna manera, era mentira. Y no puedo mentirte a vos. Y cada vez que te veía hacías que se me borraran todos esos deseos de terminar lo nuestro, de darle un fin de una vez a todo eso; pero llego un momento que ni la más tierna de tus miradas pudo hacerme cambiar de opinión. Perdón. Y aunque te quiera, yo ya no estoy.